martes, 28 de julio de 2020

Hasta las devotas a la puerta de la iglesia murmuraban

«La gente estaba conforme en que el tío Sento había perdido la razón. Cuanto poseía antes de casarse y todo lo que había heredado de la siñá Tomasa iba a ser de Marieta, de aquella mosca muerta, que había conseguido turbarle de tal modo que hasta las devotas a la puerta de la iglesia murmuraban si la chica tendría hecho pacto con el Malo y habría dado al viejo polvos seguidores».

La cencerrada

Cuentos valencianos

Vicente Blasco Ibáñez



La salida de misa en Rocafort

José Benlliure Ortiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario