«En todas las puertas sonaban el acordeón con su chillona melancolía, la guitarra con su rasgueo soñador, el canto a coro desentonado y estridente, y algunas veces, en las esquinas estallaba una tempestad de aullidos, el estrépito sin la lucha cuerpo a cuerpo, y los antipáticos perros chatos chocaban sus amenazantes cabezas de foca, hasta que el silletazo de algún vecino de buena voluntad los ponía en dispersión».
¡Cosas de hombres!
Cuentos valencianos
Vicente Blasco Ibáñez
Grupo musical. Valencia
Foto Jordá
Todocolección
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