«Cada roca esparcía el terror y el regocijo a un tiempo. La movible batería de brazos disparaba ruidosa metralla, cubriendo el aire de objetos; los cristales caían rotos, y hasta las persianas quedaban desvencijadas bajo la granizada de confites.
En los balcones, las señoritas cubríanse el rostro con el abanico,
temerosas al par que satisfechas de que las acribillasen con tan
brutales obsequios. Abajo estaban los bravos, que por un chichón más o
menos no querían mostrar miedo e insultaban a los de las rocas cuando se
agotaban los proyectiles, hasta que aquéllos les arrojaban a la cabeza
los cestones vacíos. Cada vez que caía un cartucho o un ramo sobre la
gente, mil manos se levantaban ansiosas, originándose disputas por su
posesión.
Pasó por fin la última roca, la Diablura, donde iba la gente de trueno,
más atroz en sus obsequios y tenaz en proporcionar ganancias a los
almacenes de cristales, y la calma se restableció en la plaza,
comenzando a aclararse el gentío.
-¡La procesión! ¡Ya está ahí la procesión!
A este grito, las señoras mayores abandonaron las butacas de la sala,
para apelotonarse en los balcones, teniendo a sus espaldas a los
caballeros, que de vez en cuando se alzaban sobre las puntas de los pies
para ver mejor».
Arroz y tartana
Vicente Blasco Ibáñez
Roca "Diablera"
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=1694486&page=51
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