«Luego volvía a reanudarse la parte teatral de la solemnidad. Todas las
extraordinarias visiones del soñador de Patmos, cuantas alucinaciones
había consignado el evangelista Juan en su Apocalipsis, pasaban ante el
gentío, después de contemplarlas tantos años, adivinase su
significación. Desfilaban los veinticuatro ancianos con albas vestiduras
y blancas barbas, sosteniendo enormes blandones que chisporroteaban
como hogueras, escupiendo sobre el adoquinado un chaparrón de ardiente
cera; seguíanles las doradas águilas, enormes como los cóndores de los
Andes, moviendo inquietas sus alas de cartón y talco, conducidas por
jayanes que, ocultos en su gigantesco vientre, sólo mostraban los pies
calzados con zapatos rojos; y cerraba la marcha el apostolado, todos los
compañeros de Jesús, con trajes de ropería, en los que eran más las
manchas de cera que las lentejuelas; e intercalados entre ellos, niños
con hachas de viento, vestidos como los indios de las óperas, pero con
aletas de latón en la espalda, para certificar que representaban a los
ángeles».
Arroz y tartana
Vicente Blasco Ibáñez
Procesión del Corpus. Años 20-30
Todocolección
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