«Jamás el pequeño Sangonereta, al venir al mundo, fue llevado en los brazos de su padre con tan cariñosa suavidad como aquel animalejo. Pero pasaron los días, la gente se cansó de la llúdria, nadie daba por ella ni una mala copa de aguardiente, y no hubo taberna de la que no despidieran a Sangonera como un apestado, por el hedor insufrible de aquella bestia corrompida que llevaba a todas partes bajo la manta. Antes de abandonarla aún sacó de ella nuevo producto, vendiéndola en Valencia a un disecador de animales, y desde entonces declaró a todo el mundo su vocación: sería cazador de nutrias».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
Los hermanos Benedito
https://www.taxidermidades.com/2012/10/taxidermia-la-familia-benedito-saga-de-taxidermistas22.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario