«Cañamel, ignorando estas murmuraciones, trataba a Tonet como a su mejor amigo. Jugaba a la baraja con él y reñía a su mujer si no lo convidaba. Nada leía en la mirada de Neleta, en los ojos de extraño resplandor, ligeramente irónicos, con que acogía estas reprimendas mientras ofrecía un vaso a su antiguo novio».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
El Palmar
Cortesía de José Navarro Escrich
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