sábado, 14 de septiembre de 2024

Los guardas de la Dehesa hacían la vista gorda ante las necesidades de la miseria

«Del suelo del Palmar, húmedo y fangoso, parecía salir un frío crudo e insufrible, que empujaba a las gentes dentro de sus viviendas. Las comadres del pueblo no recordaban un invierno tan cruel. Los gorriones moriscos, inquietos y rapaces, caían de las techumbres de paja, encogidos por el frío, con un grito triste que parecía un lamento infantil. Los guardas de la Dehesa hacían la vista gorda ante las necesidades de la miseria, y todas las mañanas un ejército de chiquillos se esparcía por el bosque, buscando leña seca para calentar sus barracas».

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez



Guarda de acequia descansando

Estampa. 29 de junio de 1935

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