«El Palmar parecía entumecido y soñoliento. Ni gente en las calles, ni barcas en el lago. Los hombres salían para recoger la pesca caída en las redes durante la noche, y volvían rápidamente al pueblo. Los pies mostrábanse enormes con sus envolturas de paño grueso dentro de las alpargatas de esparto. Las barcas llevaban el fondo cubierto de una capa de paja de arroz para combatir el frío».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
La Albufera. 1959
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