«Siguiendo con mirada famélica el hervor del arroz en la paella, los segadores de la masía, escuchaban al tío Correchola, un vejete huesudo que enseñaba por la entreabierta camisa un matorral de pelos grises».
El establo de Eva, Cuentos valencianos
Viente Blasco Ibáñez
Ignacio Pinazo Camarlench
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