«Aquella embarcación servía para todo; era el vehículo de la comida, del hospital y del cementerio. Todos los días embarcaba enfermos, trasladándolos al arrabal de Ruzafa, donde los vecinos del Palmar, faltos de medicamentos, tenían realquilados algunos cuartuchos para curarse las tercianas».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
Barraca en Ruzafa
Mundo Gráfico. 8 de diciembre de 1931
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