jueves, 1 de marzo de 2018

El portentoso milagro del barranco de Alboraya

«A los peces del Mediterráneo los conocía mejor, y llegaba a tenerlos por buenos católicos, ya que proclamaban a su modo la gloria de Dios. De pie junto a la borda, en las tardes cálidas del Trópico, contaba, para honra de los habitantes del lejano mar, el portentoso milagro del barranco de Alboraya. 

Un sacerdote vadeaba a caballo su desembocadura para llevar el Viático a un moribundo, cuando tropezó la bestia, y abriéndose el copón cayeron las hostias, siendo arrastradas por la corriente. Desde entonces brillaron todas las noches luces misteriosas en el mar, y a la salida del sol un enjambre de pececillos venía a situarse frente al barranco, emergiendo sus cabezas del agua para mostrar la hostia que cada uno de ellos llevaba en la boca. En vano quisieron los pescadores quitárselas. Huían mar adentro con su tesoro. Sólo cuando llegó el clero con cruz alzada y el mismo sacerdote se metió en el barranco hasta las rodillas, se decidieron a acercarse, y uno tras otro fueron depositando su hostia en el copón, retirándose luego, de ola en ola, moviendo graciosamente sus colitas».

Mare Nostrum

Vicente Blasco Ibáñez

https://voramartradicions.blogspot.com.es/2017/06/el-miracle-dels-peixets.html


Ermita dels Peixets

Todocolección

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