jueves, 13 de diciembre de 2018

Un vividor de los más tenaces que se conocían en el Cabañal

«Una sola no volvió: la barca del tío Pascualo, un vividor de los más tenaces que se conocían en el Cabañal, siempre rabiando por conquistar la peseta, pescador en invierno y contrabandista en verano, gran marinero y constante visitador de las playas de Argel y Orán, a las que llamaba con familiaridad la còsta d’afòra , como si se tratase de la acera de enfrente.

Su mujer, Tona, pasó más de una semana esperándole en el puerto, siempre con un arrapiezo al pecho y otro más talludo y gordinflón agarrado a sus faldas. Esperaba a su Pascual, y a cada nuevo informe que la daban, prorrumpía en lamentaciones y se mesaba los pelos, llamando a gritos a María Santísima. 

Los pescadores no se expresaban con claridad, pero al hablarla ponían el gesto fosco. Habían visto la barca corriendo el temporal frente al cabo de San Antonio; le faltaban las velas; no pudo ganar tierra, y hasta alguno creía haberla visto al pie de una ola enorme, hinchada, verdosa, que la cogió de lado, no pudiendo asegurar si reapareció o fue engullida por el agua».

Flor de mayo

Vicente Blasco Ibáñez


Pesca del bou. Regresando

Todocolección

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