«Con la facilidad de transmisión de los pueblos pequeños, pronto supo todo el Cabañal que la barca se llamaba Flor de Mayo, y cuando en la víspera de la bendición la arrastraron hasta la orilla, frente a la casa del bòus, llevaba ya en la borda de popa, por la parte interior, pintado con hermoso azul, su dulce título.
Al día siguiente por la tarde, el barrio de las Barracas parecía estar en domingo. Fiestas como aquella se veían pocas. Era padrino de la barca nada menos que el señor Mariano el Callao, un ricachón que, aunque del puño prieto, en obsequio a su sobrino estaba dispuesto a derrochar un dineral. En la playa iban a rodar los confites y a circular las copas como una bendición de Dios».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Botadura de un barco en la playa del Cabanyal
Astilleros Palau
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