«Los patrones de las barcas celebraban consejo: se agrupaban sin quitar la vista del horizonte.
El tiempo presentábase amenazador, resultaba temerario el salir. Era lástima, porque el pescado se presentaba tan abundante, que podía cogerse con las manos; pero la piel de un hombre vale más que el negocio.
Todos eran de la misma opinión. El tiempo se ensuciaba; había que quedarse».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Mar de tormenta. Valencia. 1899
Joaquín Sorolla y Bastida
Óleo. 43 x 64
Museo Sorolla
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