«El transatlántico debía llegar a Boulogne a medianoche, aguardando hasta el amanecer para que desembarcasen cómodamente los viajeros. Sin embargo, llegó a las diez, echó el ancla lejos del puerto, y el comandante dio órdenes para que el desembarco se hiciese en menos de media hora. Para esto habían acelerado la marcha, derrochando carbón. Necesitaba alejarse cuanto antes, en busca del refugio de Hamburgo. Por algo funcionaban los aparatos radiográficos».
Los cuatro jinetes del Apocalipsis
Vicente Blasco Ibáñez
Puerto de Boulogne sur Mer
Todocolección
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