viernes, 31 de mayo de 2019

Lo encuentro pesado—exclama—; hay en él demasiada doctrina

«Con loable sinceridad Blasco Ibáñez me declara que La catedral, a pesar de ser el más traducido de sus libros, es el que menos le gusta. 

—Lo encuentro pesado—exclama—; hay en él demasiada doctrina... 

Tal vez; su opinión es para mí preciosa, pues creo que, digan lo que quieran los críticos, nadie puede hablar con más autoridad de una obra de arte que su propio autor. De todos modos, La catedral es un libro que en nuestra vieja España, atrasada y empobrecida bajo el yugo execrable de las asociaciones monásticas, los defensores de la libertad debían hacer circular de mano en mano á modo de breviario meritísimo. 

La acción se desarrolla en Toledo, la ciudad venerable, hermosa y triste como un museo, que aún parece dormir, a la sombra de sus iglesias, el horrible sueño letárgico—sueño de quietismo y de renunciación—de la Edad Media».

Mis contemporáneos

Eduardo Zamacois



Catedral de Toledo

Todocolección

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