jueves, 9 de noviembre de 2017

Las novelas regionales. 02

«En estas obras, Vicente Blasco Ibáñez, aunque incorrecto muchas veces, y a ratos, quizá, frondoso y plateresco en demasía, se muestra, sin embargo, como un artista fascinante y magnífico, evocador insuperable de horizontes. Toda la orquestal polifonía de la Naturaleza resuena a la vez en su cerebro y es recogida ordenadamente por su sensibilidad delicadísima: no sólo «ve» la realidad, sino que al mismo tiempo la huele, la oye y la siente, cual si la tuviese entre sus brazos: por lo mismo, ni un aroma, ni una nota, ni un color, ni un detalle, se escapan a su penetración vigilante. Guardan estos libros un fragor incesante de pasiones, un revertimiento constante de jugos vitales, una especie de convulsión pánica, que así agita las simientes echadas en el surco, como desborda los ríos y enardece las almas. Alternativamente, luciendo una facilidad elástica donde jamás se atisba el menor rastro de cansancio, Blasco Ibáñez tan pronto se refugia en los caracteres y los diseca y escudriña discreta y sutilmente, como vuelve al mundo objetivo, reconstituyéndolo de diversos modos; unas veces con labor mesurada y paciente de miniaturista, otras a largos trazos, con brochazos heroicos, cual si le tentase la majestad sencilla y enorme del cielo tendido sobre el mar».

Mis contemporáneos

Eduardo Zamacois


Visita a La Albufera durante la Semana de Homenaje en Valencia. 1921

http://casamuseoblascoibanez.com/

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