«El triunfo obtenido dos años más tarde por "Entre naranjos" , igualó y acaso sobrepujó, al de "La barraca".
Hay en esta novela una parte autobiográfica muy interesante. Blasco Ibáñez había conocido en uno de sus viajes a cierta artista rusa, tiple de ópera, mujer extraordinaria, hermosa, fuerte y sádica como una walkyria, que recorría el mundo llevando consigo a una pobre muchacha a quien en sus frecuentes arrebatos de mal humor azotaba cruelmente. Fueron aquéllos unos amores de pesadilla, vehementes y rápidos; la artista, con su elevada estatura y sus bíceps de hierro, era una verdadera amazona, celosa y agresiva, de la que sus amantes necesitaban defenderse a puñetazos; instintivamente su temperamento rebelde se negaba a rendirse, y cada posesión requería una escena ancestral de lucha y de doma, en la que luego los besos servían para restañar la sangre de los golpes.
La acción principal de la novela se desarrolla cerca de Valencia, en Alcira, pueblo lindísimo, pintoresco como un capricho de abanico, cuyo blanco caserío parece flotar sobre el océano verde de los inmensos naranjales que lo circundan».
Mis contemporáneos
Eduardo Zamacois
Puente de San Bernardo
Alcira
Todocolección
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