«Era un rumor de avispero, un susurro de colmena, lo que oían mañana y tarde los huertanos al pasar frente al Molino de la Cadena, por el camino que va al mar.
Una espesa cortina de álamos cerraba la plazoleta formada por el camino al ensancharse ante el amontonamiento de viejos tejados, paredes agrietadas y negros ventanucos del molino, fábrica antigua y ruinosa, montada sobre la acequia y apoyada en dos gruesos machones, por entre los cuales caía la corriente en espumosa cascada.
El ruido lento y monótono que surgía entre los árboles era el de la escuela de don Joaquín, restablecida en una barraca oculta por la fila de álamos».
La barraca
Huerta de Alboraya
Archivo de Ricardo Borja
http://barracavalenciana.blogspot.com/
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