«Estas audacias rejuvenecían al tío Paloma. Había que oírle por la noche, al guisar la caza en la taberna, entre sus amigotes que pagaban el vino, cómo se vanagloriaban de su hazaña. ¡Ningún mozo del día era capaz de hacer otro tanto! Y cuando los prudentes le hablaban de la ley y sus penalidades, el barquero erguía fieramente su busto encorvado por los años y el manejo de la percha».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
Canal de La Albufera. 1940
http://vicenticoaa.blogspot.com/2013/12/valencia_28.html
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