«En su seno existía doble cantidad de especies animales que en los otros mares, aunque menos numerosas. El atún, cordero juguetón de sus praderas azules, saltaba sobre la superficie o pasaba en rebaño bajo el lomo de las olas. El hombre le tendía la trampa de sus almadrabas en las costas de España y de Francia, en Cerdeña, el estrecho de Mesina y las aguas del Adriático. Pero esta carnicería apenas aclaraba sus compactos escuadrones. Luego de vagar por los recovecos del archipiélago griego, pasaban los Dardanelos, pasaban el Bósforo, conmoviendo con el hervor de su galopada invisible los dos callejones acuáticos, y dando la vuelta a la copa del mar Negro, volvían, diezmados pero impetuosos, a las profundidades del Mediterráneo».
Mare Nostrum
Vicente Blasco Ibáñez
La pesca del atún en Ayamonte
Joaquín Sorolla. 1919
Hispanic Society of America
«…Ayamonte es exacto de color y construcciones a Tetuán, iguales pisos, sólo faltan los moros. Yo espero que dentro de pocos días tendré el asunto bueno para mi cuadro, porque aquí se pesca el atún en grandes cantidades, además tengo enfrente Portugal, separándoles el río Guadiana que tiene kilómetro y pico de ancho, hermoso, estupendo, y toda la ribera de Ayamonte tiene barcas, vapores, lanchas, etc, infinidad de vapores pequeños y gasolineros transportando continuamente gentes de Portugal a España, y ésto es lo que yo quisiera ver de realizar…»
Joaquín Sorolla
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