domingo, 7 de enero de 2018

El río crecía y se desbordaba todos los años

«Y, efectivamente; allí estaba aún la estatua del santo como centinela eterno, vigilando el Júcar para oponerse a la maldición del rencoroso San Vicente. Es verdad que el río crecía y se desbordaba todos los años, llegando hasta los mismos pies de San Bernat , faltando poco para arrastrarle en su corriente; es verdad también que cada cinco o seis años derribaba casas, asolaba campos, ahogaba personas y cometía otras espantables fechorías, obedeciendo la maldición del patrón de Valencia; pero el de Alcira podía más, y buena prueba era que la ciudad seguía firme y en pie, salvo los consiguientes desperfectos y peligros cada vez que llovía mucho y bajaban las aguas de Cuenca».

Entre naranjos

Vicente Blasco Ibáñez


Alcira. Inundación de 1904

Todocolección

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