«Ulises se imaginó una gran señora, hermosa como doña Constanza. Cuando menos, debía ser marquesa. Su padrino bien merecía esto. Y se imaginó igualmente que sus encuentros debían ser por la mañana, en uno de los huertos de fresas inmediatos a la ciudad, adonde le llevaban sus padres a tomar chocolate después de oír la primera misa en los amaneceres dominicales de Abril y Mayo».
Mare Nostrum
Vicente Blasco Ibáñez
Huerto del Santísimo
Mundo Gráfico. 21 de abril de 1915
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