«Y después, como una larga cola de tejados, la vista encontraba tendidos en línea recta el Cabañal, el Cañamelar, el Cap de Fransa, una masa prolongada de construcciones de mil colores, que decrecían conforme se alejaban del puerto; al principio fincas con muchos pisos y esbeltas torrecillas, y en el lejano extremo, lindante con la vega, blancas barracas con la caperuza de paja torcida por los vendavales».
Flor de mayo
Vicente Blasco Ibáñez
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