«Las niñas de doña Manuela despreciaban la fiesta que se preparaba. Era una cursilería, como organizada por la gente ordinaria de la plazuela, buena únicamente para divertir a los de escaleras abajo. Pero la víspera de San José, impulsadas por la curiosidad, se asomaron al balcón muy temprano y experimentaron una agradable sorpresa, pese a su anterior indiferencia de muchachas distinguidas.
En el centro de la plazuela, sobre una gruesa capa de arena, elevábase
todo un edificio de lienzo, con pintura que imitaba a la piedra: un
gigantesco dado, en cuya cara superior elevábanse ocho figuras de tamaño
natural.
Los balcones y puertas estaban adornados con centenares de banderitas
rojas y amarillas, que daban a la plazuela el aspecto de un buque
empavesado; y este derroche de ondeante percalia extendíase por las
calles adyacentes. A trechos, en las paredes, mostrábanse, clavados,
grandes carteles con versos valencianos en letras de colores, ante los
cuales el público de las primeras horas--obreros que iban al trabajo,
criadas, barrenderos, etc.--, después de deletrear trabajosamente,
soltaba ruidosa carcajada».
Arroz y tartana
Vicente Blasco Ibáñez
Falla de la desaparecida plaza de Pellicers. 1915
Francisco Roglá López
Bivaldi
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