«El tartanero acabó de sacar del vehículo los gruesos paquetes de hilo, y, ayudado por Tonet, fué arrojándolos en la proa de la barca, donde formaron un montón amarillento, que esparcía el olor del cáñamo recién hilado.
Neleta pagó al tartanero. ¡Salud y buen viaje! Y el hombre, chasqueando el látigo, hizo emprender a su caballo el camino de Catarroja».
Cañas y barro
Vicente Blasco Ibáñez
Cordeleros. Valencia. 1893
Joaquín Sorolla y Bastida
Óleo. 51 x 70
Colección privada
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