«Algunas noches, a la hora en que los faros empezaban a perforar la sombra naciente con sus primeras puñaladas de fuego, sentíase melancólico, y olvidando la diferencia de edad, hablaba a su sobrino como si fuese un compañero de navegación».
Mare Nostrum
Vicente Blasco Ibáñez
La escollera. ¡Cuántos íbamos ahí a pelar la pava dentro del coche! Cerca estaba "La cueva del mero" las sepietas y el emperador a la plancha eran geniales.
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