«Sus ojos cegatos reconocían inmediatamente en los puertos la nacionalidad de los buques que fondeaban a ambos costados del Mare nostrum . Su nariz sorbía con tristeza el ambiente. «¡Nada!…». Eran barcos insípidos, barcos del Norte, que hacían su comida con manteca: tal vez barcos protestantes.
Otras veces avanzaba por la borda con lentitud, siguiendo un rastro embriagador, hasta que se colocaba enfrente de la cocina del buque vecino, aspirando su rico perfume. «¡Hola, hermanos!…». Imposible equivocarse. Eran españoles; y si no, procedían de Marsella, de Génova o de Nápoles; en suma, compatriotas que comían y vivían bajo todas las latitudes lo mismo que si estuviesen en su pequeño mar interior. Pronto se entablaban pláticas en el idioma mediterráneo, mezcla de español, de provenzal y de italiano inventada por los pueblos híbridos de la costa de África, desde Egipto a Marruecos. Unas veces se enviaban presentes como los que se cruzan entre tribu y tribu: frutos del lejano país. Otras, enemistados de pronto sin saber por qué, avanzaban los puños sobre las bordas, gritándose insultos en los que reaparecían metódicamente, a cada dos palabras, la Virgen y su santo hijo.
Ésta era la señal para que el tío Caragol, alma religiosa, volviese con altivo silencio a su cocina. Toni, el segundo, se burlaba de sus entusiasmos devotos. La gente de proa, materialista y tragona, le escuchaba en cambio con deferencia, por ser él quien medía el vino y los mejores bocados. El viejo les hablaba del Cristo del Grao, cuya estampa ocupaba el sitio más visible de la cocina, y todos oían como un relato nuevo la llegada por el mar de la santa imagen, tendida sobre una escalera, dentro de un buque que se hizo humo luego de soltar su milagroso cargamento».
Mare Nostrum
Vicente Blasco Ibáñez
Procesión del Cristo del Grao. 1913
Barberá Masip
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SO Andrés Castellano Martí En el Grau de donde procede mi familia se vivió la natural cultura valenciana de forma singular, quedando en todos los tiempos mantenida por los, el Homens del Mar. Que tanto si eran creyentes o agnósticos el Cristo ¡Me cague en Deu! Que ningú meltoque. Homens que en aprecio se mencionaban unos a otros Com a Fills de Puta, igual que Deu; Pues si Jesus no conoció a su padre, ni Mahoma tampoco ¡Ells no eren menos!. Y cuando llegaba la festividad preceptiva para la marinería el Dur el Cristo, esto no lo hace cualquiera; lo hacen los redimidos por los mercedarios, los presidiarios de Patria Barca, aquellos que por las leyes del mar han asesinado a alguien. Pues el Cristo no es el Cristo de cualquiera; es Dels Homens.
ResponderEliminarHoy en degradación máxima de los valencianos aunque se sigue llevando en procesión el Cristo, lo llevan falleros, que ninguno ha pasado por la cárcel, ni sabe lo que es ser de Patria Barca, ni le debe ningún favor al Cristo. Ni hablan ni se comportan en home. Mayor vergüenza ya no le cave a Valencia. Tampoco ninguna autoridad valenciana va a la procesión. Che me cague en la mare queu va parir; que vergoña.
So. Andrés Castellano Martí.