«—Ulises, ¡hijo mío!… piensa siempre en Valencia… Haz por ella todo lo que puedas… Ya lo sabes. ¡Siempre Valencia!
Juró todo lo que quiso el poeta, sin comprender qué es lo que Valencia podía esperar de él, simple marino errante por todos los mares. Labarta quiso acompañarle hasta la puerta, pero se hundió en su asiento, obediente al cariñoso despotismo de su compañera, que temía para él las mayores catástrofes».
Mare Nostrum
Vicente Blasco Ibáñez
Valencia vista desde Pio V
Murallas, puertas del Real, Temple y Trinidad (de izquierda a derecha)
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_ciudad_de_Valencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario