lunes, 25 de febrero de 2019

Es la guerra -dijo con entusiasmo-, la guerra que llega… ¡Ya era hora!

«Cerca de Europa, una oleada de noticias salió al encuentro del buque. Los empleados del telégrafo sin hilos trabajaban incesantemente. Una noche, al entrar Desnoyers en el fumadero, vio a los notables germánicos manoteando y con los rostros animados. No bebían cerveza; habían hecho destapar botellas de champaña alemán, y la frau consejera impresionada, sin duda, por los acontecimientos, se abstenía de bajar a su camarote. El capitán Erckmann, al ver al joven argentino, le ofreció una copa.

-Es la guerra -dijo con entusiasmo-, la guerra que llega… ¡Ya era hora!»

Los cuatro jinetes del Apocalipsis

Vicente Blasco Ibáñez




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