«Batiste no parecía descontento del examen: pero hizo esfuerzos por mostrarse disgustado, valiéndose de mohínes y toses. Sus infortunios como carretero le habían hecho conocer las bestias, y se reía interiormente de algunos curiosos que, influídos por el mal aspecto del caballo, discutían con el gitano, diciendo que sólo era bueno para enviarlo a la Caldera. Su aspecto triste y cansado era el de los animales de trabajo que obedecen con resignación mientras pueden sostenerse».
La barraca
Vicente Blasco Ibáñez
Alrededores de Valencia. Entrada en Valencia
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