lunes, 25 de septiembre de 2017

Alma valenciana. Décima quinta parte

«Cuando Zola era perseguido por el populacho nacionalista, inicié un mensaje de consuelo y adhesión, creyendo que sólo lo suscribirían unos cuantos escritores y artistas. ¡Tuve que colocar cuatro mesas con pliegos, y se recogieron treinta y dos mil firmas!... Venían las modistillas al salir del taller; los muchachos al abandonar la Escuela; los obreros, colgándose del hombro el saquillo, de la comida, cogían la pluma con dificultad entre sus dedos callosos; todo un pueblo de humildes, inflamados por el respeto al genio y la admiración al heroísmo. Algunos habían leído novelas de Zola en el folletín de El Pueblo; otros, ni esto, pues les bastaba saber que era un señor que escribía libros; un artista que estaba al lado de los desgraciados y los perseguidos. Y un grupo de encuadernadores, encuadernó gratuitamente el mensaje en tapas de marfil; otro, las cinceló; un orfebre las puso inscripciones de plata; los pintores adornaron las paginas con acuarelas; las obreritas de tez pálida y ojos orientales metieron flores entre las hojas, después de besarlas, y el grande hombre perseguido recibió una mañana, entre los aullidos de muerte de la muchedumbre y los insultos de los periódicos, aquel libro oliendo a jardín, rebosante de entusiasmo y fe; el alma de todo un pueblo que llegaba a sostenerle en la hora triste, el saludo de una ciudad que el novelista tuvo que buscar en el mapa, y de la que no tenía otras noticias que el nombre de las naranjas que se pregonan en el boulevard.

Hoy tal vez el álbum, con su perfume de rosas muertas, yace olvidado en un rincón de Medan, como un pequeño féretro de marfil que guarda el alma infantil y pura de todo un pueblo. Yo vi lo que escribía un albañil a continuación de su firma, con una sencillez que arrancaba lagrimas: «D. Emilio, cuando no pueda vivir ahí, véngase a Valencia: aquí tiene casa y un amigo. Vivo...» Y escribía las señas de su domicilio con la tranquilidad del que, ganando tres pesetas, aún esta dispuesto a partirlas con los que ama».

Alma valenciana

Vicente Blasco Ibáñez


Blasco Ibáñez junto a las pescateras de El Progreso Pescador. 1911

http://elargonautavalenciano.blogspot.com.es/

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