«El cielo estaba gris; la mar era de un morado tan intenso, que en la lustrosa curva formada entre dos olas, tomaba el color del ébano. Ráfagas largas y frías agitaban las velas, causando ruidosos estremecimientos.
La Flor de Mayo y la otra barca de la pareja avanzaban con las velas desplegadas, arrastrando la red del bou, que cada vez se hacía más pesada y tirante.
El Retor iba en su sitio de popa, empuñando la caña del timón. Apenas si miraba el mar: el instinto era quien movía su mano para enderezar la marcha de la barca».
Flor de Mayo
Vicente Blasco Ibáñez
Playa de Levante
Pinterest
No hay comentarios:
Publicar un comentario